Feminicidios, epidemia pendiente de control en RD.
Feminicidios, epidemia pendiente de control en RD, es la tercera semana del año 2021 y en el país se han registrado seis muertes de mujeres a manos de sus parejas, acontecimientos reveladores, que ponen en relieve la imperiosa necesidad de frenar este mal social.
En los registros estadísticos se encuentran la muerte de la joven María Cristina Encarnación Montero, a quien en fecha 2 de enero, su pareja infirió violencias graves para luego darle seis puñaladas que le provocaron la muerte, hecho ocurrido en la residencia de la pareja en el sector La Unión en Sosua, Puesto Plata.
Otra víctimas es Yuleisi Del Carmen Beato Peréz, quien falleció en fecha 2 de enero en el sector San Isidro del Distrito Nocional, a causa de un golpe en la cabeza, provocado por su pareja quien después del hecho se suicidó.
El 7 de enero, fue reportado el feminicidio de Urbina Medina González, es otra de las víctimas de la violencia extrema contra la mujer, quien recibió múltiples heridas con una arma blanca, inferidas por su pareja mientras se encontraba en el interior de su vivienda, ubicada en el sector David Madre Vieja, San Cristóbal.
En la misma fecha en el municipio de Boca Chica, fue encontrado sin vida, desnuda y con visibles signos de violencias el cuerpo de la adolescente Naomy, resultando sospechoso de de dicha muerte, su pareja sentimental.
También fue noticia el hallazgo del cuerpo de una mujer en un canal de riego en el municipio de Villa González, Santiago, resultó ser el de la víctima Juana Martinez Hidalgo, quien había sido reportada desaparecida 13 días antes del hallazgo de su cadáver, su pareja admitió haberla matado.
No escapa de esta epidemia que esta costando vidas nuestra querida provincia de La Vega, la cual registro en fecha 15 de enero del presente año la primera víctima mortal a causa de feminicidio, se trata de una joven mujer haitiana, de 32 años de edad, llamada Gueroline Pierre Louis, hecho ocurrido en el municipio de Jarabacoa, La Vega, provincia que el pasado año reportó seis lamentables feminicidios, de los cuales cuatro de ellos terminaron con el suicidio del agresor sin que en ningún caso se identificara denuncias previas.
Con la frecuencia en que se están escenifican esos hechos de violencia, se dibuja un patrón claro e indicativo de que este año si no se realizan acciones provenientes de políticas públicas concretas terminará con cifras igual o más elevada que el pasado año.
Es más que evidencia que los feminicidios son una epidemia pendiente de control en RD, este alarmante pronóstico debe llamar la atención del Estado y toda la sociedad, para juntos actuar en consecuencia, pues estos casos laceran las familias, en especial, los niños, estos últimos conforman las fibras más sensibles de la sociedad.
El marco normativo dominicano cuenta con una legislación criminal especial para la protección de los derechos humanos de las mujeres enmarcado en la Ley 24‐ 97; reconoce y visibiliza la violencia contra la mujer y crea los mecanismos para castigarla, además que Estado Dominicano ha ratificado instrumentos internacionales a favor de los derechos humanos en general y de las mujeres en particular.
Sin embargo, hemos visto, que los feminicidios son una epidemia pendiente de control en RD, pues estas legislaciones por sí solas no aportan suficientes garantías para evitar la ocurrencia de la violencia extrema contra la mujer, pues estamos siendo espectadores de los famosos feminicidios con la agravante para la sociedad de que vienen acompañados del suicido del agresor, es por esto que la respuesta a este fenómeno no solo la tiene la aplicación de la ley y la justicia, al cadáver del agresor no hay ley alguna que se pueda aplicar.
Es necesario, para contrarrestar este mal el fortalecimiento de alianzas estratégicas y coordinaciones con organizaciones de la sociedad civil para la instalación de un sistema de veeduría social para el seguimiento y monitoreo de la estrategia provenientes de las directrices de la política criminal del Estado y la intervención de todas las fuerzas activas de la sociedad, los ministerios de salud, educación, de cultura, de la mujer, de la juventud, poder judicial, procuraduría y sociedad en general.
Es preciso desplegar investigaciones profundas a los fenómenos que rodean la violencia en si misma, la violencia de género e intrafamiliar, la violencia extrema contra la mujer y el suicido del agresor, analizar los resultados y variables de las investigaciones para enfocar las políticas públicas idóneas, con el único objetivo de que los feminicidios dejen de ser una epidemia pendiente de control en RD.